martes, 4 de mayo de 2010

Convivir en el Empire

Desde que estoy aquí, una de las cosas a las que me he enfrentado es a salir por primera vez de mi casa. Lo que se conoce comúnmente como vivir sólo (no confundir con ser independiente, que aun tengo que tirar de becas y la inestimable ayuda de mamá conforme mis reservas bancarias se van agotando).
Los primeros meses los pasé en el "Empire hostel", algo que comenzó como una solución provisional y se convirtió en mi casa sin que me diese cuenta, debido a lo caro de la vivienda en Singapur. Un hostal pintado de morado por fuera, en la calle Syed Alwi Road, haciendo esquina con Jalan Besar, que literalmente significa Gran Vía.Desventajas? Compartir habitación con tres personas más y no tener armario. Nunca pensé que pudiera echar tanto de menos un objeto como el armario. Ventajas? Muy céntrico, mucho más barato, desayuno servido y la posibilidad de estar constantemente conociendo gente más o menos genial en su paso por este rinconcito del mundo. Y es de esa gente de la que quiero hablar hoy.
Cuando llegué, hasta que entendí que en Singapur lo de que te roben no se considera una posibilidad, mi preocupación era mi maleta. Todo el día bien cerrada, y haciendo uso de mi taquilla. Y adaptarse o morir, al final salía a fumarme el cigarro fuera dejando el portátil en la sala común. Cosas de la cultura.
Mis primeros compañeros de cuarto, fueron particularmente extraños. Un cincuentón escocés que se parecía al padre de Jack, sólo que mucho más alcohólico. Y otro señor que nunca supe nada de él porque estaba todo el día durmiendo. Quiero decir, las 24 horas del día. En ocasiones veo muertos llegué a preguntarme si estaba muerto. Mr PadredeJack era divertido... tenía la nariz roja, y cuando hablaba le temblaba la voz y el pulso, como si tuviese un vibrador teléfono móvil vibrando en el bolsillo. Contaba anécdotas que jamás logré entender.
Tras esto, mi amigo Julien pasó una semana conmigo en Singapur, más nuestro viaje a Pekín, mi primera travesía por Asia. Divertido y con ganas de comerse el mundo, una de las mejores compañías que me he cruzado. Además, me enseñó a usar el mrt, el metro de Singapur: se acabaron los pateos a pie.
Luego el genial Matthew Walker, siempre enfrente de su portátil, fue uno de los que más duró, hasta que la merecida suerte llamó a su puerta. Me pregunto dónde andará viviendo ahora. Bonito período en el que una habitación para cuatro fue sólo para dos.Cuando Matthew se fue, el hostal se vio invadido por todo un equipo de grabación, cámaras, trípodes y un montón de gente joven de todas las nacionalidades. De nuevo mi habitación fue solamente para dos, esta vez compartida con Elisabeth, una mexicana con la que no sólo pude hablar español por primera vez desde que llegué, sino que además compartió conmigo toda una serie de relatos sucedidos en la selva de Malasia, de donde venían tras haber estado viviendo en plena jungla rodando nosequé documental. Elisabeth era muy viva, muy habladora y muy sonriente. Se notó su marcha, desde luego.
Luego compartí cuarto con un chaval de filipinas cuyo nombre nunca recordaré. Era muy simpático y claramente interesado en mí. Pero la dueña del local, Sun, me cambió de habitación. El motivo fue claro: tres españoles venían por unos días como parte de su viaje por el sudeste asiático, y yo era la cama que sobraba en esa habitación. Marc, Albert y Marc Albert (fácil para recordar) fueron tres catalanes que hicieron muy divertida la vida en el hostal. En la habitación de los españoles se dormía a deshoras, se comía a deshoras y se salía a deshoras. Anarquía y descontrol. Fue todo un placer sacarlos por aquí, y llevarlos por las fiestas que mis amigos organizaban en la ciudad. Recuerdo el día que se fueron, me despertaron para darme un papel con sus mails y regalarme un libro de Agatha Christie, con un "nos vemos por el mundo".
Cambio radical. Tras la marcha de los españoles, tres coreanas lo inundaron todo de perchas con ropa rosa colgando de las literas y de las taquillas. Jóvenes, pero pulcras y recatadas. Sus primeras vacaciones fuera de casa. Sólo una de ellas se atrevía a practicar el poco inglés que sabía para hablar conmigo. La comunicación no fue fácil, pero para mí era tan divertido ver sus caras de asombro y risitas cuando me cambiaba o salía sin camiseta a ducharme. Ni que decir tiene cuando les pregunté si tenían novio, sonrojarse fue poco para ellas! xDDDe nuevo cambio de habitación a la más grande del hostal. Primero, con dos chicas australianas, las típicas guiris que tiran de Lonely Planet hasta para saber dónde tienen que mear. En mi litera, debajo, había un señor probablemente indio que no paraba de dormir, y sólo se levantaba para untarse de pies a cabeza en una crema blanca. Claramente había tenido problemas con el sol de Singapur, y pensó que un encierro de un par de semanas en cama y con crema era lo que necesitaba. Daba un poco de grima, las cosas como son, pero por otro lado era muy silencioso y quieto. Un mueble más, vaya. Y por último, una familia filipina enorme, cuyos miembros más jóvenes se dedicaban a estar cada uno en su portátil en la habitación, viendo películas o conectados cada uno por su cuenta. Eran simpáticos y agradables, pero no muy sociables, la verdad...Hablo del "Empire hostel" como el suceso más lejano, y en realidad sólo hace un mes que salí de allí. Encontré mi habitación soñada en Singapur. A sólo una calle de distancia, en el mismo barrio que me vio llegar. Encima del Post-Museum, uno de los estudios que éste alquila. No estoy exactamente en un piso. Encima del museo, hay un espacio común, una especie de saloncito al aire libre que me encanta, con el cuarto de baño y las dos habitaciones de mis compañeros, que sólo son usadas como estudios, lo cual me permite disponer del lugar como si viviese sólo. Y En la tercera planta, mi habitación. No recomendable para ver películas de miedo, por las escaleras que hay luego que bajar.Es una especie de buhardilla de techo alto y cama baja. El torreón para la princesa que llevo dentro. Un lugar muy caluroso de 11 a 3, pues al fin y al cabo es un tejado, pero una delicia cuando una lluvia monzónica hace de las suyas, y me regala un relajante sonido encima de mí, y en los tejados contiguos, aparte de una temperatura increíble, un lujo en Singapur. Bien iluminado, y ahora con una necesaria inversión en un buen ventilador para hacer la estancia soportable de día.El lugar es bohemio, está en la esquina de la calle de las putas del barrio indio (en Singapur la prostitución es legal). El espacio común es a veces usado por el museo para preparaciones de intervenciones artísticas y exposiciones. Mis compañeros de piso son artistas, y aunque uno de ellos es un poco autista, el otro es un encanto muy modernito. Y al lado tengo el centro comercial Mustafá, un gran centro que abre 24 horas y en el que se vende de todo, y cuando digo de todo, quiero decir DE TODO y al mejor precio, como bien explicó Alfredo en "Andaluces por el mundo" (dos enormes edificios conectados entre sí, que contiene para que os hagáis una idea, una combinación de Ikea, Mercadona y una tienda gigante de los chinos).

Quién se anima a venir y tomar un café?? Estáis todos invitados...

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Joé! Qué gran experiencia tío en el hostal aquel... ahora, yo me voy a tu nueva casa si me invita a dormí entu cama, XD jeje

A ver si me pego un viaje de esos tb, a ver, queestoy alargando mucho yo...

Bezo!

. dijo...

solamente diré que

EN-VI-DIA

(Y yo me plantaba allí en un periquete, pero sospecho que Ryanaor no opera aún en tierritorio singapureño... por cierto a partir de mana tendré una alumna de ese lugar, qué curioso :P)

JL dijo...

Que envidia me das. Leyéndote me he acordado mucho de cuando viví una experiencia parecida, aunque solo fueron tres meses y en Finlandia, pero cuanto me acuerdo de aquello y lo que me gustaría repetirlo...

Franxu Aranda dijo...

Sabes que yo iría pero el café lo llevo en un termito desde Madrid...

Sin duda alguna estas experiencias son las que te hacen no volver a ser NUNCA la persona que eras, Allí llegó un Luis Chacón que nunca volverás a ser... Gracias a la convivencia y a la soledad (especialmente a esta) uno termina conociendose mejor a si mismo, terminas conociendo tus limites,tabúes y manias... Valorando lo que tienes, lo que no tienes y lo que has dejado atrás, Viendo cosas que nunca habias visto antes, cosas que no quieres en tu vida bajo ningún concepto y cosas que te gustaría tomar como propias en tu estilo de vida...

Deifinitivamente, es una gran experiencia, que marca un antes y un después :)

Es una experiencia de la cuál te puedes sentir verdaderamente orgulloso...


porque los demás, lo estamos de tí.

(K)

eFE SuáRez dijo...

Pues yo si que me apunto!! xD ohh! me encanta tu habitación y tener un documento gráfico de como es por allí todo (yo me fio rotundamente de tu manera de captar momentos) me hace tener una visión menos abstracta de la situación, así cuando suelte las maletas todo me resultara un poquitín más familiar.

Llevo varios días mentalizándome; La cuenta atrás definitiva empieza ahora, sobrevolaré medio mundo para coleccionar más anécdotas y poder decir que hemos compartido habitación en 3 continentes.

Muakks!

Stultifer dijo...

MIra, aunque haya que tomar cafe en el portal vale, pero que no dispongas de un armario... ¿Te mandamos uno de Ikea?

luis dijo...
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Thiago dijo...

jaj que mono, cari... que personal y que generoso. Debe ser muy divertido aunque yo no sé si tendría valor para vivir así, con otras tres personas en la misma habitación... desde luego eres un atrevido y como dice alguien por ahi, que vaya experiencias que estas viviendo...

Tu habitación tiene, efectivamente, el encanto de un entorno rural con el toque bohemio que da la modernidad... Disfrutala y muchas gracias por la invitación...


Bezos.

Thiago dijo...

Ah, y que me encantó, como siempre, la nueva foto de tu encambezado... Se te ve menos, pero está preciosa de colorido y verdor...

más bezos.

Hugo Mulholland dijo...

deberíamos escribir un guión mano a mano sobre una estancia larga en un hostel

Unknown dijo...

Señor Mulholland, sería un honor... desde luego ideas no me faltarían, y si sumamos las anécdotas que no se pueden contar... xDD