domingo, 28 de marzo de 2010
El bello (y antropófago) durmiente
Soñé esto hace unas semanas. Me comía los dedos. Soñé que no me importaba no tener ciertos dedos de las manos a cambio del placer de comerlos. El índice de la mano izquierda, y el anular y meñique de la mano derecha. Me los comía poco a poco, y cuando alguien preguntaba o me advertía, yo decía que no pasaba nada porque me quedarían aun los justos para manejarme. Cuando me miré las manos, horribles, con los tres muñones en lugar de mis dedos, pensaba en que mi carácter tenía la culpa. "Siempre me pasa lo mismo", pensaba, "justifico una pérdida o derrota cuando es culpa mía, aunque sepa que estoy arrepentido". Me desperté en ese instante con un dedo en la boca, mordiéndome ansiosamente las uñas.
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3 comentarios:
Pero los dedos de los pies, cual concejala antropófaga?
y con hambre ?
Ohhh, pues yo te vi donde Thiago, y me dije pero qué chico tan guapo... y aquí que estoy.. Hummmmm, los dedos... a mi me pone más comérselos a my man... no sé si será algún tipo de parafilia, pero sentir los dedos, la mano, cuando te empujan jjajaja, mola... Pero comer los propios dedos, hummm, y Freud sigue muerto y drogado, antes de eso;
Un abrazo de voy a cotillear tus 23
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