Personalmente no he sufrido nunca daños mayores por este motivo en cuestión, si bien es cierto que en secundaria escuché algún que otro "maricón" por parte de un par de los típicos capullos que daban más pena que rabia, un "queer" que me dijo un tío que se cruzó conmigo en Nueva York y en Madrid me encontré allá por el 2009 con un señor en un bar que intentaba convencernos a una amiga y a mí de que lo que me pasaba era una enfermedad "y curable oye, no tienes que fingir orgullo de lo que tienes", decía el amable ser (curioso, dos de tres en grandes capitales oye, y mira que paso tiempo en los pueblos).

"El Día Internacional contra la Homofobia y Transfobia (en inglés, International Day Against Homophobia, IDAHO) se celebra el 17 de Mayo coincidiendo con la eliminación en 1990 de la listas de enfermedades mentales por parte de la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la homosexualidad."

"Hoy alrededor de 80 países en el mundo criminalizan la homosexualidad y condenan los actos sexuales entre personas del mismo sexo con penas de prisión; nueve de estos países (Afganistán, Mauritania, Nigeria, Pakistán, Arabia Saudí, Emiratos Árabes y Yemen) mantienen para estos casos la pena de muerte. La discriminación basada en la orientación sexual y en la identidad de género no está oficialmente reconocida por los estados miembros de las Naciones Unidas (a pesar de que organismos de derechos humanos como el Comité de Derechos Humanos han condenado repetidamente la discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género)."


Así que días como ayer sirven para poner el tema sobre la mesa, poner al día nuestra información y recordarnos que no consentiremos ni un "normal" mal usado, ni "marica el que no bote", ni sonrojarse por el amigo que se empeña en darnos un pico, ni una mano señalando a dos chicos que van de la mano, ni un "que hagan lo que quieran pero en su casa". La homofobia se disfraza que da gusto, pero nosotros seremos más listos para quitarle la peluca.
11 comentarios:
Tu argumento se queda en el aire viendo cómo dormitas.
Esta muy bien el post, tienes razón que desde aquí parece que ya esta todo hecho y en cambio toca seguir la lucha por aquellos sitios en los que la pena de muerte esta justificada por nuestros actos!
Gran entrada caballero :-)
Nunca he sido de enarbolar banderas...
bss
Gracias por tu post. Hoy me has tocado por dentro. Como de costumbre, vamos.
Enhorabuena por esta magnífica entrada que comparto completamente :) Un abrazo
Que grande eres Luis!
Pues, creo que lo expuesto es muy claro, muy, muy claro. Pero me temo que las batallas se libran en pequeñas parcelas. El cambio generacional se está gestando...Tiempo al tiempo. Pero la educación es el pilar. Lo sabemos todos. Un abrazo.
Amén
Seeee; tiene muchas pelucas ese monstruo.
El... domingo...
Jaté, qué importará si fue domingo o sábado; será que me hago viejo... treinta años ya jajaaja... ¿no has visto a esa gente que te cuenta algo y se emperra en que sepas dónde ocurrió?
Pues fuimos a un restaurante italiano y vi un codazo, de una doña a una chica que tenía al lado; luego se giró el marido, que estaba enfrente...
Claro uno se olvida que es... jajajaja otra cosa que uno y su pariente, pero para el mundo... jummmm
Claro que presuponer que ellos son el mundo..., será por la concepción capitalista jajajaa... es de la mayoría... eso es mas democracia que capitalismo, ¿no?
Besos
pues yo aún no hace ni cuatro años que tuve que aguantar una conversación entre jefes de mi antíguo trabajo con comentarios sobre si éramos unos enfermos y demás. Y claro, los jefes es lo que tienen, que uno les planta cara cuando tiene asegurado el puesto de trabajo, pero cuando no... así que guardé mi orgullo en la chaqueta, mi opinión en la sangre de la lengua que me mordía, y simplemente seguí fingiendo que no oía a unos capullos solucionar el mundo...
Que no es que no haya evolucionado yo, pero si te soy sincero, creo que seguiría mordiéndomela antes de enfrentarme con unos cavernícolas como aquellos... no dudo ni por un momento que queda mucho, pero mucho por hacer.
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