lunes, 5 de diciembre de 2005

Consumismo...

Un abogado se compra un Audi TT nuevecito y sale a mostrárselo al resto de los abogados de su bufete; llega, aparca, y abre la puerta para salir. En ese momento pasa un camión y se lleva la puerta por delante. El abogado se baja y empieza a maldecir como un loco, coge su móvil y llama a la policía, la cual llega muy pronto. - ¡¡MI AUDI TT RECIÉN SACADO DEL CONCESIONARIO Y VÉANLO!! ¡¡Este animal me arranca la puerta y...!! Y sigue maldiciendo hasta que el policía le dice: - Pero señor, ¿cómo puede ser usted tan materialista? ¿No se ha dado cuenta de que el camión, cuando se llevó la puerta, también le arrancó el brazo desde el codo? El abogado se mira el muñón atónito y grita: - ¡¡ME CAGO EN SU PUTA MADRE!! ¿¿DÓNDE ESTÁ MI RÓLEX??Como siempre, pongo cosas de coña como introducción para hablar de cosillas más en serio. El chiste está claro que es una exageración, pero me da que pensar en lo consumista que es hoy en día el mundo. Compra, compra, compra... Y estamos en Navidad casi, así que sabeis de qué hablo. Parece que lo importante ya no es ni siquiera tener, sino comprar, consumir, quiero decir, el hecho de haber comprado algo es mejor en sí que tenerlo y disfrutar de ello. Miremos un poquito más adentro, por favor, y démonos cuenta de la locura en la que se convierten, por ejemplo, éstas fechas. Yo recuerdo la ilusión de ver una cabalgata de los reyes, de cuando el recordar todos los caramelos que cogería me mantenía con ilusión las vacaciones enteras... A un niño de ahora, no sólo los Reyes le tienen que traer medio catálogo de esos que diseña el Corte Inglés para despertar la atención del chaval con cada artículo, sino que Papa Nöel también ha de hacer su aparición con lo que sea, y hemos de tener regalos en casa de los titos, en casa de los abuelos... Vivamos en familia estas fechas (aunque suene muy típico), disfrutemos con los amigos las vacaciones (yo al menos lo pienso hacer), e intentemos darle más valor a lo que llevamos dentro que a los paquetes que vayamos a abrir en éstas fechas. Por supuesto que es genial recibir regalos, por supuesto que yo también he tenido arrebatos consumistas, pero seamos razonables, no es lógico pensar que la sensación de comprar pueda sentarle tan bien a la gente... Y lo más triste es que en ocasiones, en más ocasiones de las que pensamos, ese es el único motivo de la compra...

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